El espacio disponible para almacenar datos en un PIC es muy limitado, en los modelos más grandes existe algo de memoria RAM y en casi todos ellos disponemos de una pequeña cantidad de memoria EEPROM, pero si queremos almacenar grandes cantidades de datos, como históricos de temperaturas, o guardar imágenes o textos complejos, tenemos que recurrir a algún elemento externo.

Nada mejor para almacenar datos que utilizar un elemento robusto, ligero, barato y compatible con otros sistemas como una tarjeta SD. Ademas, la tarjeta de memoria trabaja en rango de tensiones entre 2.7 y 3.6V y se puede manejar utilizando un protocolo SPI, que está bien soportado por los PIC.

Si no pretendemos leer los datos con un ordenador, ni respetar ningún estándar, podemos hacer algo tan sencillo como inicializar la tarjeta y escribir bloques de datos en la dirección de memoria que queramos, como si se tratase de una eeprom. Si nos queremos complicar un poquito más la vida existe mucha información en la red para implementar el sistema de ficheros FAT16 que  es el que se usa habitualmente en las memorias de menos de 2GB. Continuar leyendo